La catedral de Santa María Asunta, medieval o románico pisano, muestra el testimonio tangible del prestigio y de la riqueza alcanzados por la república marinera de Pisa en el momento de su apogeo.
El aspecto actual es resultado de varias restauraciones llevadas a cabo en diferentes épocas; en su interior destacan sus mármoles blancos y negros, su techo a artesonado con madera y pintado, y majestuoso cuerpo central en el que destaca la Virgen en la gloria y los santos, obra de de los pisanos Orazio y Girolamo Riminaldi.
Las impresionantes columnas graníticas en estilo corintio entre la nave y el ábside provienen de la mezquita de Palermo, botín de la batalla en la “Cala” de 1063.
El gran mosaico del ábside con Cristo en majestad, rodeado por la Virgen y San Juan Evangelista.
La presencia de cariátides, figuras esculpidas en el lugar de simples columnas, simbolizan las Virtudes y ménsulas en lugar de arcos para sostener el piso alzado.
El gran mosaico del ábside con Cristo en majestad, rodeado por la Virgen y San Juan Evangelista.
La presencia de cariátides, figuras esculpidas en el lugar de simples columnas, simbolizan las Virtudes y ménsulas en lugar de arcos para sostener el piso alzado.
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