Pepa a Loba, la bandolera.
"Camiñante: si queres/ andar seguro/ o mesmo pol-o día/ que pol-o escuro,/ tén para Pepa a Loba/ no teu fogar,/ unha cama, unha besta/ y un bó xantar".
Muy poco se sabe de ella salvo por la mención en una carta de Concepción Arenal cuando la bandolera estaba en la cárcel. Su figura, entre el mito, la realidad y la ficción, como tantos otros personajes legendarios.
Pepa líder de una banda que robaba a caciques y curas para "a veces repartirlo" entre los pobres. Otros famosos de su época eran Antonio López de Orbán, o 'Cinco libras', Pepe 'El Fino' o Antonio Rodríguez Otero o 'Xan Quinto'.
Hacia mediados de mil ochocientos, los mesoneros alternaban la venta de vino, con el oficio de contrabandista y ladrones. El robo de cepillos, asalto d iglesias y mercaderes por los caminos estaban al orden del día.
Sobre su lugar de nacimiento prevalece la tesis de Pontevedra, en Couso o Amoedo, llamada Josefa, hija de madre soltera, se dice que la crió su tía Dorinda que la maltrataba, o un tío carnicero, que mató a su propio hermano, pero la acusaron a ella, por lo que pasó una temporada en la cárcel, de donde huye disfrazada con la ropas del cura de la prisión. Al salir logró organizar una banda de malhechores.
Pepa era una mujer fuerte atractiva e inteligente que tuvo una hija a la que no crió porque ya no podía renunciar a su modo de vida.
Entrababa en los pueblos montada en un caballo negro con la frente blanca y era tan escurridiza que las autoridades no eran capaces de darle caza. "Una noche se presentó en Ribadavia en casa de cierto usurero matachín y gabacho, y viéndolo tan pálido y tembloroso se contentó con atizarle un par de bofetadas y llevarle el bombín que luego fue vendido en la feria de Maside para más escarnio del truhan".
Sobre 1866 el juez Quiñones instruye una causa contra ella en Cambados por robar al cura de Cea. Como presa en la cárcel de Santiago dormía en el mejor colchón, la mejor comida y bebida era para ella y "vestía como una condesa".
Actuó por Dozón, Cee y Carballiño, O Caurel, Pontevedra y Mondoñedo, por lo que se ha llegado a pensar que podría haber alguna otra mujer dedicada a lo mismo. Aunque hay quién dice que realmente sus fechorías no fueron tantas como las que se le adjudicaron, de hecho, un testimonio de Doña Mariquita de Carballiño cuenta que le prestaba dinero a La Loba porque le parecía una mujer cumplidora y honrada que se lo devolvía con intereses.
Según la prensa Pepa muere en el Hospital de Santiago. Su nombre trascendió de tal modo que años después se apodaban 'Pepas Lobas' mujeres de armas tomar. Su máxima: "home morto non fala" y "nunca quixen, nin quererei, e cando queira, morrerei" definen a la perfección el personaje.
"Camiñante: si queres/ andar seguro/ o mesmo pol-o día/ que pol-o escuro,/ tén para Pepa a Loba/ no teu fogar,/ unha cama, unha besta/ y un bó xantar".
Muy poco se sabe de ella salvo por la mención en una carta de Concepción Arenal cuando la bandolera estaba en la cárcel. Su figura, entre el mito, la realidad y la ficción, como tantos otros personajes legendarios.
Pepa líder de una banda que robaba a caciques y curas para "a veces repartirlo" entre los pobres. Otros famosos de su época eran Antonio López de Orbán, o 'Cinco libras', Pepe 'El Fino' o Antonio Rodríguez Otero o 'Xan Quinto'.
Hacia mediados de mil ochocientos, los mesoneros alternaban la venta de vino, con el oficio de contrabandista y ladrones. El robo de cepillos, asalto d iglesias y mercaderes por los caminos estaban al orden del día.
Sobre su lugar de nacimiento prevalece la tesis de Pontevedra, en Couso o Amoedo, llamada Josefa, hija de madre soltera, se dice que la crió su tía Dorinda que la maltrataba, o un tío carnicero, que mató a su propio hermano, pero la acusaron a ella, por lo que pasó una temporada en la cárcel, de donde huye disfrazada con la ropas del cura de la prisión. Al salir logró organizar una banda de malhechores.
Pepa era una mujer fuerte atractiva e inteligente que tuvo una hija a la que no crió porque ya no podía renunciar a su modo de vida.
Entrababa en los pueblos montada en un caballo negro con la frente blanca y era tan escurridiza que las autoridades no eran capaces de darle caza. "Una noche se presentó en Ribadavia en casa de cierto usurero matachín y gabacho, y viéndolo tan pálido y tembloroso se contentó con atizarle un par de bofetadas y llevarle el bombín que luego fue vendido en la feria de Maside para más escarnio del truhan".
Sobre 1866 el juez Quiñones instruye una causa contra ella en Cambados por robar al cura de Cea. Como presa en la cárcel de Santiago dormía en el mejor colchón, la mejor comida y bebida era para ella y "vestía como una condesa".
Según la prensa Pepa muere en el Hospital de Santiago. Su nombre trascendió de tal modo que años después se apodaban 'Pepas Lobas' mujeres de armas tomar. Su máxima: "home morto non fala" y "nunca quixen, nin quererei, e cando queira, morrerei" definen a la perfección el personaje.
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