En este antiguo coto de caza, Luis XIII es quien inicialmente manda construir un pabellón de caza, y ya con el tiempo un palacio.
Su retiro estaba dedicado a los placeres de la caza, era a la vez el retiro de la proximidad de la autoridad de su madre María de Médici, regente del reino en ese momento.
Los trabajos de André Le Nôtre, un simple jardinero que sin formación alguna diseñó los jardines, bosques y parques, son la obra de un auténtico genio. Su labor duró veinticinco años, periodo en el que se fueron sucediendo diferentes ampliaciones de los jardines de Versalles.
Es a su vez Charles Le Brun quien supervisa la instalación de los decorados junto a su equipo de escultores y artistas de la talla de Girardon, Tuby o Coysevox.
Con no menos de 200 estatuas y más de 150 vasos esculpidos, el parque del
Palacio de Versalles es el museo al aire libre más grande del mundo.
En nuestro deambular podremos contemplar figuras de mármol,
bronce o de plomo que embellecen y decoran las avenidas, bosques y fuentes
de las diferentes zonas de los jardines.
Lo recomendable o aconsejable, máxime después del tute que supone haber visitando las diferentes salas y
estancias del Palacio, para hacernos una idea de la inmensidad de los
jardines, es alquilar alguno de los
medios de transporte ofertados, una auténtica paliza recorrerlos a pie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario