La Ópera Garnier u Ópera de París, es quizás uno de los edificios más característicos del paisaje urbano de la capital francesa. Su construcción es ordenada por Napoleón III al arquitecto Charles Garnier, quien lo diseñó en estilo Neobarroco y a su vez da nombre al edificio.
La construcción del edificio sufre varias interrupciones, la primera y al comienzo, al encontrar cuevas con aguas subterráneas durante las excavaciones, después del desastre de la Guerra Franco-Prusiana, la caída del Segundo Imperio Francés y la Comuna de París de 1870.
Durante esta época la obra continuó en forma esporádica e incluso se rumoreó que la construcción de la Ópera sería abandonada, pero finalmente el 15 de enero de 1875 fue inaugurada.
Si bien en su día no hemos accedido a su interior, la zona en si es un placer para pasear y disfrutar. La Plaza en la que se encuentra ubicada merece muy mucho la pena en todos los sentidos.
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