El palacio original, aunque impresionante, no logró rivalizar en términos de tamaño y contenido con la magnificencia de las residencias de la familia Médicis. El arquitecto iba contracorriente a la moda de la época.
Leonor Álvarez de Toledo, esposa de Cosme I de Medicis, educada en la lujosa corte de su padre, encomendó a Vasari la ampliación y es cuando además se construyó un pasadizo elevado desde la antigua residencia real, el Palazzo Vecchio, atravesando los Uffizi y el Ponte Vecchio, al Palazzo Pitti.
El palazzo es en la actualidad el complejo museístico más grande de Florencia, dividido en varias secciones, a destacar la Galería Palatina, los apartamentos Reales, Galería de Arte Moderno, Museo de la Plata, Museo de la Porcelana y Museo de Carruajes.
Leonor y Cosme además adquirieron unos terrenos pegados al fondo del palacio para crear un gran parque, Jardines de Boboli, encargo que realiza Niccolo Tribolo y Bartolommeo Ammanati, que simularon un anfiteatro, en el que se representaban obras de teatro.
Grutas, fuentes, pérgolas, un pequeño lago y cientos de estatuas de mármol son algunas de las cosas que se pueden ver en su interior.
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