Un día de esos que amanecen con bruma, que no sabes si acercarte a la playa o dedicarlo a visitar algún sitio cercano, ¡por si se pone bueno!.......
la Isla de la Toja, un buen lugar para deambular y, si no se pone bueno el vecino Grove será el siguiente objetivo.........gastronómico sobre todo.
La Toja, esa isla que durante siglos fue un lugar público y de pastoreo de ganado y retiro agrícola de los vecinos del Grove, en el siglo XIX y con el descubrimiento y explotación de sus fangos termales y aguas medicinales, pasa a ser propiedad privada para explotar sus bienes termales y balneario que atrajo el actual turismo.
Dado su reducido tamaño, 110 hectáreas, es muy fácil de recorrer y un lujo de visitar.
Destacar a demás del balneario y el Casino, la ermita de San Sebastían, frente al parque y a espaldas del antiguo Balneario y tienda de jabones, fácil de ver y más todavía los puestos de las vendedoras de bisutería y abalorios de conchas y corales de la arena de la playa. Toda la iglesia esta recubierta de conchas, se dice que por la variedad de las mismas, es única en el mundo. El interior de la capilla es pequeño, curioso ver a la Virgen del Carmen, metida en una gran concha.
Destacar a demás del balneario y el Casino, la ermita de San Sebastían, frente al parque y a espaldas del antiguo Balneario y tienda de jabones, fácil de ver y más todavía los puestos de las vendedoras de bisutería y abalorios de conchas y corales de la arena de la playa. Toda la iglesia esta recubierta de conchas, se dice que por la variedad de las mismas, es única en el mundo. El interior de la capilla es pequeño, curioso ver a la Virgen del Carmen, metida en una gran concha.
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